2010-10-07

LOS ANTEPASADOS

En el estuche se encontraba una multitud de rotuladores, bolígrafos, gomas y otros objetos diversos. Perdido entre todos ellos se hallaba un viejo, pequeño y gastado lápiz. No sabía en absoluto de dónde había salido aquel extraño lápiz. Cuando llegué a casa, fui corriendo a preguntarle a mi madre de dónde había salido aquél lápiz. Ésta, con una amable sonrisa, me miró fijamente y dijo: Ese mismo lápiz lo usaba tu abuela, y la abuela de la abuela, y la abuela de la abuela de la abuela... hasta que llegó a mis manos, y en este nuevo curso he decidido dártelo a ti. Yo, ausentándome las lágrimas del entusiasmo, le pedí que me contara la historia de ese lápiz, y así lo hizo.
Era el primer día de cole de la abuela de la abuela de mi  abuela y su madre le había reglado un lápiz para empezar bien el curso. Ella, ilusionada, cogió el lápiz y se fue a clase. En clase empezó a oír voces dentro de su estuche y al abrirlo se dio cuenta de que, el lápiz le hablaba, pero sólo se daba cuenta ella. Así, pasaron semanas hasta que su madre se hartó de oír semejante imbecilidad y la mandó al manicomio. Después de unos años no se supo nada más de ella.- Terminó mi madre. -y- añadió.- No te preocupes, no te sucederá lo mismo a ti, porque la abuela de la abuela de mi abuela estaba loca, tú no.- Después de oír las palabras de mi madre, me fui a la cama y me acosté.
Al dí siguiente, en clase oí un as voces que procedían de mi estuche. No hice caso, sería alguien de clase llamándome.

2 comentarios:

  1. ¡Hola, cuentista!

    No tienes aún publicada la entrada sobre M. Hernández en la que aparecía un poema suyo que, según comentaste, tu madre te leía cuando eras pequeña.

    La cuestión es que vamos a preparar para el día 29 una lectura de poemas de M.H. en el salón de actos. La lectura vais a realizarla vosotros, los de 6º. Y mi pregunta es: ¿te animarías a leer ése precisamente?

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